Es un proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe una situación o acontecimiento como amenazante o que desborda sus recursos (estado subjetivo de malestar). A menudo los hechos que lo ponen en marcha son los que están relacionados con cambios, exigen del individuo un sobreesfuerzo y/o ponen en peligro su bienestar personal.
Es un elemento regulador positivo que nos ayuda a responder ante situaciones que potencialmente pueden ser peligrosas permitiendo resolverlas de manera satisfactoria.
En casos clínicos, consideramos la ansiedad como un patrón (conjunto de signos y síntomas) caracterizado por una activación del sistema nervioso central, preocupación excesiva sobre amplitud de acontecimientos, actividades o situaciones que afecta a varias áreas relacionales del individuo (social, laboral) y ante las que tenemos una percepción de baja controlabilidad.
Trastorno caracterizado por una bajada considerable del estado de ánimo en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria incapacitando a la persona para afrontar su día a día e impactando de manera directa en su bienestar y el de su entorno.
La alteración fisiológica (generalmente asociada al estado de ánimo) caracterizada por la falta de sueño o disminución de la capacidad para dormir o tener sueño. Existen varios tipos:
Proceso emocional que se da tras la pérdida de un ser querido que generalmente atravesamos y superamos de manera natural. No obstante, en ocasiones el dolor que provoca se enquista generando una situación que puede desembocar en patologías más graves. Es en este momento cuando se recomienda intervención psicoterapéutica que nos ayude a elaborarlo y nos enseñe a convivir con ello.
El término psicosomático hace referencia a que los síntomas físicos que presentamos en ocasiones, cursan asociados a factores psicológicos que se consideran relevantes en las causas y/o evolución del trastorno. Cuando una persona “somatiza” se suele entender que está expresando físicamente su malestar psicológico.
En términos generales, podemos decir que una persona sufre somatizaciones cuando presenta uno o más síntomas físicos y tras un examen médico, estos síntomas no pueden ser explicados por una enfermedad médica. Además, pese a que la persona pueda padecer una enfermedad, tales síntomas y sus consecuencias son excesivos en comparación con lo que cabría esperar. Todo ello causa a la persona que sufre estas molestias un gran malestar en distintos ámbitos de su vida.
El miedo es una respuesta fisiológica ancestral y primaria que nos activa y nos prepara para dar una respuesta. Por tanto, a veces el miedo es adaptativo y nos ayuda .
Por el contrario, cuando hablamos de fobia, nos referimos a un miedo exacerbado y descontextualizado sobre un objeto o situación que no es potencialmente peligroso aunque la respuesta de activación es la misma que se daría frente a un peligro real. Además en las fobias no sólo se da el miedo ante la situación u objeto en sí mismo, sino que también existe ansiedad anticipatoria provocada por la imaginación de la situación u objeto en cuestión, lo que resulta en una conducta evitativa del objeto fóbico
Los problemas de las relaciones interpersonales son aquellos que surgen cuando nuestras habilidades sociales no están suficientemente entrenadas y/o no se han desarrollado de manera adecuada de tal forma que nos dificultan o imposibilitan la resolución de situaciones difíciles o conflictos en relación con los demás.
Llamamos inteligencia emocional a la “habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los demás promoviendo un crecimiento emocional e intelectual” (Mayer y Salovey, 1997).
Es el conjunto de habilidades y destrezas que nos permiten regular nuestras emociones (ira, agresividad e impulsividad habitualmente), comportamiento e impulsos. Aunque algunas personas tienen más desarrollada esta capacidad de manera natural, este conjunto de herramientas puede aprenderse con un buen entrenamiento, permitiéndonos desarrollar un comportamiento adecuado en función de las distintas situaciones y áreas vitales en las que surja el conflicto sin ser dominados por impulso emocional.
Autoconcepto es la opinión de una persona sobre sí misma asociada al juicio de valor subjetivo que hacemos de nuestras características positivas y negativas en comparación con los demás.
La autoestima como la capacidad de querernos (estimarnos) a nosotros mismos pero no desde una perspectiva egocéntrica o narcisista. En ella influyen directamente los mensajes que nos damos en nuestro diálogo interno (pensamientos), nuestros sentimientos o emociones y las experiencias que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida.
La autocomprensión es el cuidado que nos damos a nosotros mismos en situaciones adversas. Comprender tu propia forma de proceder o funcionar tiene efecto “liberador” en sí mismo permitiéndote quererte y abordar los retos de una manera óptima.
Son aquellos que surgen en el entorno laboral, y/o se derivan de una situación/persona relacionada con nuestro trabajo, y/o están relacionados de alguna manera con nuestra vida laboral (por ejemplo incertidumbre sobre la elección profesional) que son lo suficientemente graves como para merecer atención profesional.
Llamamos comunicar a la interacción que se da cuando una persona transmite un mensaje y la persona que lo recibe reacciona ante el mismo (con pensamientos, comportamientos, emociones o lenguaje). Por tanto, los problemas de comunicación son aquellos que surgen derivados de algún fallo en el proceso descrito anteriormente y que provocan nuevos conflictos o aumentan los que ya existían.
Es un proceso de crecimiento y superación que comienza a partir del autodescubrimiento/ autoconocimiento personal. Éste normalmente se pone en marcha a través de un conjunto de acciones que facilitan que la persona aprenda, aproveche aquellas características que le hacen destacar y mejore aquellas que le dificultan el avance. En esencia, se trata de obtener la mejor versión de uno mismo.
La maternidad es uno de los cambios vitales más importantes en la vida de una mujer y uno de los aspectos principales en este hito vital consiste en el aumento de responsabilidades que acompaña al rol de madre.
En la actualidad, debido a la situación económica que estamos atravesando, se da la circunstancia de que, de forma habitual, ambos progenitores deben trabajar para poder afrontar el sustento de la familia, lo que obliga a las madres a conciliar maternidad y trabajo.
En la actualidad la sociedad está en continua evolución y las familias se ven ante la exigencia de adaptarse a nuevas situaciones generadas por la necesidad de incorporación de la mujer al mundo laboral, la esperanza de vida de nuestros mayores, la normalización de las separaciones y divorcios y los cambios en un mundo laboral más competitivo debido a las crisis económicas entre otros factores.
Es la falta de confianza en nuestra propia valía y habilidades, que parte de una baja autoestima, la que nos lleva en muchas ocasiones a actuar desde el miedo en las situaciones sociales, respondiendo desde la evitación o ataque hacia lo social.